Primer vistazo a GreedFall 2, una secuela que crece en escala y ambición.
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Hemos podido probar en primicia GreedFall 2 gracias a Nacon España, y lo primero que sorprende es lo claro que tiene el estudio hacia dónde quiere llevar la saga. Esta nueva entrega no se limita a recuperar lo visto en el primer título: apuesta por un enfoque más amplio, más profundo y, sobre todo, más personal. El juego, actualmente disponible en Game Preview en Steam, que ya deja ver hacia dónde apunta su versión final.
Cuando me senté a jugar GreedFall 2 por primera vez, lo hice con esa mezcla de curiosidad y ganas de comprobar hasta qué punto Spiders había decidido evolucionar lo que construyó en el primer juego. Para mí la experiencia era completamente, aunque el juego se encuentre disponible con acceso anticipado en Steam, yo no lo había probado hasta ahora. Me encontraba en una escena inicial sencilla, sin grandes despliegues ni cinemáticas espectaculares, pero suficiente para darme la sensación de que aquí había algo distinto.
- El protagonista, un nativo de Teer Fradeean, arranca la aventura con una vulnerabilidad que se siente más humana y más pegada al suelo, sin artificios. Es un personaje que no empieza con poder ni reconocimiento; empieza con miedo, desconcierto y la frustración de haber sido arrancado de su hogar.
- Lo primero que me llamó la atención fue la manera en la que el juego construye su mirada sobre el Viejo Continente. La llegada a Gacane no es un momento épico; es casi incómodo. Al caminar por sus calles notas que nadie te quiere allí. La mezcla de mercados abarrotados, callejones estrechos y casas que parecen a punto de venirse abajo crea una atmósfera que te afecta más de lo que esperas.
La ambientación también busca transmitir esa sensación de choque cultural constante. Estamos es un lugar extraño para el protagonista: enorme, enfermo, lleno de tensiones internas y con una población que vive atrapada entre pobreza, crimen y estructuras políticas que se derrumban poco a poco. No hace falta haber jugado mucho para ver que el objetivo del estudio es mostrar un mundo más amplio, más frágil y más dividido que en la primera entrega.
Una ciudad que enseña su peor cara desde el principio
La descripción oficial de Gacane ya deja claro que no es un lugar acogedor. Se habla de calles abarrotadas, zonas decadentes y un ambiente social que empuja al personaje a sentirse fuera de lugar. Ese tipo de entorno encaja bien con la evolución que Spiders quiere para esta secuela: un espacio más vivo, más duro y donde la identidad del protagonista importa más que nunca.
Ese tono de desamparo inicial es una de las cosas que mejor definen lo que pretende GreedFall 2: poner al jugador frente a un mundo que no lo espera con los brazos abiertos.
Compañeros con peso real en la aventura
Los compañeros no solo nos acompañan, sino que pueden reaccionar a sus decisiones. No se han detallado comportamientos concretos, pero sí se sabe que las relaciones pueden derivar en amistad, romance o incluso rivalidad. Ese enfoque más personal tiene sentido con el tipo de viaje que propone la historia: no es solo avanzar, sino construir vínculos que influyan tanto en el combate como en la propia travesía.
Lo más interesante es que el juego permitirá controlar a los compañeros durante las batallas. No conocemos aún el nivel exacto de profundidad, pero sí queda claro que Spiders quiere darles más protagonismo y convertirlos en algo más que simples apoyos.
Un mundo más grande y más variado
La propia Nacon ha confirmado que la secuela nos llevará a nuevas regiones:
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La Ciudad Estelar de Olima
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Las costas de Uxantis
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El Imperio Deutano
No se han mostrado detalles profundos del diseño de cada una, pero sí queda claro que la intención es ofrecer zonas inéditas respecto al primer título, cada una con su propio tono cultural, sus conflictos internos y sus facciones luchando por el poder.
Ese enfoque promete un mundo más amplio y variado, donde moverse entre territorios no será solo un cambio visual, sino también social y político.
Un sistema de avance más flexible
- Mejoras en personalización, más habilidades y un sistema de opciones que permite afrontar los problemas mediante astucia, diplomacia o fuerza.
Regiones nuevas que se sienten vivas
El viaje por las nuevas regiones también me dejó muy buenas sensaciones. Olima es una ciudad que impresiona desde lejos, pero cuando entras en sus calles entiendes por qué la llaman la Ciudad Estelar. Sus edificios tienen un brillo especial y, aunque solo pude explorar una parte, me pareció un lugar lleno de historias y secretos.
- Uxantis, en cambio, tiene un aire más salvaje, más imprevisible. Recuerdo caminar cerca de un acantilado cuando una criatura desconocida salió de unos matorrales. No fue un combate difícil, pero sí lo suficiente para que entendiera que allí no puedes confiarte.
El Imperio Deutano fue quizá el lugar donde más noté el salto que está intentando dar la secuela. Tiene un aspecto áspero, donde sientes que todo el mundo está midiendo cada palabra. En uno de los campamentos, un soldado me pidió que demostrara que no era una amenaza. La prueba consistía en completar una tarea sencilla, pero la forma en la que la misión estaba planteada me permitió hablar con varios personajes que me dieron pistas sobre su cultura. Salí de allí sin haber aprendido nada crucial para la historia, pero con la sensación de haber pasado por un sitio que existe más allá de mi presencia.
Combate más fluido y con menos rigidez
En cuanto al combate, se nota que el estudio está trabajando para hacerlo más dinámico. Todavía hay elementos por pulir, pero ya se aprecia un flujo más natural. Una cosa que me gustó mucho es que los enfrentamientos parecen menos rígidos que en el primer juego.
- El golpeo responde mejor, y las habilidades de compañeros sirven de verdad para crear una estrategia mínima sin necesidad de complicarte. Sigue sin ser un sistema pensado para quienes buscan caos total, pero sí para quienes quieren que cada batalla tenga un pequeño toque de preparación.
Un protagonista que evoluciona según tu estilo
También probé parte del sistema de personalización del protagonista. El árbol de habilidades es más flexible, y desde el inicio te permite moldear tu estilo sin quedar atrapado en un único rol. A mí me dio por combinar opciones de diplomacia con algunas mejoras de movilidad, lo que hizo que mis primeros enfrentamientos fueran más de esquivar y elegir bien cuándo golpear. No es un sistema complejo, pero sí agradecido: desde muy temprano ya notas que tomas decisiones que afectan a cómo se juega tu personaje.
Primeras horas que dejan huella
En general, la sensación que me deja esta primera toma de contacto es que GreedFall 2 quiere crecer sin perder su esencia. Quiere contar una historia más íntima, mostrar un mundo más grande y dar más peso al propio jugador sin caer en complicaciones innecesarias. La base es buena, la ambientación es sugerente y el tono más personal le sienta de maravilla. Todavía hay elementos que necesitan tiempo (algunas animaciones, el equilibrio de ciertos enemigos, misiones secundarias que parecen a medio cocer), pero dentro de lo esperable en este tipo de desarrollo.
Una secuela con mucho por decir
Quizá lo más importante es que te deja con ganas de volver a ese mundo, de seguir conociendo regiones nuevas y de descubrir cómo va cambiando el protagonista a medida que encuentra su sitio. Si la versión final consigue mantener este rumbo, podríamos estar ante una secuela con mucho por decir.






