El antiguo líder de Sony Interactive Entertainment asegura que el servicio de Microsoft convierte a los desarrolladores en asalariados sin incentivos.
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Durante una entrevista con GamesIndustry.biz, Shawn Layden, expresidente de Sony Interactive Entertainment y pieza clave en la era de PlayStation 4, lanzó críticas directas a Xbox Game Pass. Según él, el modelo de suscripción de Microsoft podría restar motivación a los estudios, convirtiéndolos en simples asalariados que entregan su producto a cambio de un pago fijo.
Layden afirma que el debate sobre la rentabilidad del servicio no es tan relevante como analizar si este modelo es “saludable” para los desarrolladores. En su opinión, Xbox Game Pass no permitiría a los estudios beneficiarse del éxito posterior de sus juegos, ya que no habría reparto de beneficios ni pagos adicionales más allá del contrato inicial.
Layden cuestiona la motivación y beneficios para los desarrolladores en Game Pass
En sus declaraciones, Layden explica que los servicios de suscripción pueden convertir a los desarrolladores en simples “trabajadores asalariados”, sin incentivos adicionales más allá del pago acordado por el proyecto. Según sus palabras:
No crean valor que luego puedan lanzar al mercado con la esperanza de que tenga éxito. No comparten beneficios ni reciben pagos extra. Solo entregan el juego y este se publica en los servidores.
El ex-directivo cree que este enfoque reduce el estímulo creativo, ya que los estudios no verían una recompensa proporcional si su título logra un gran impacto entre los jugadores. También señaló que, en un contexto donde los costes de desarrollo de los AAA siguen en aumento, este tipo de acuerdos podrían limitar la innovación.
Una visión discutible que no encaja con la realidad actual de Xbox Game Pass
Como medio que sigue de cerca el ecosistema de Xbox, resulta difícil pasar por alto que varios estudios han declarado públicamente que Xbox Game Pass les ha permitido llegar a más jugadores, aumentar su visibilidad y generar ingresos adicionales gracias a DLC, merchandising o secuelas que no habrían sido posibles sin esa exposición masiva.
Además, este modelo ha servido de salvavidas para títulos independientes y proyectos que, de otra forma, podrían haber pasado desapercibidos en un mercado tan saturado. Y no solo hablamos de juegos pequeños: grandes producciones también han encontrado en Game Pass una base de usuarios sólida desde el primer día.
Es evidente que cada estudio tiene su propia experiencia y que no todos los contratos son iguales, pero reducir Game Pass a un simple “asalariado” parece ignorar la diversidad de acuerdos y estrategias que existen actualmente. Microsoft, al menos de momento, parece decidida a seguir apostando por el modelo, y muchos desarrolladores continúan viéndolo como una oportunidad, no una limitación.
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